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El Paraíso en la otra esquina. Mario Vargas Llosa.

Ayer tuvimos una animada reunión donde hablamos de pintura, de política, de religión y también del libro que nos ocupaba. Le asignamos la puntuación media de 7 (máximo de 9 y mínimo de 5).
Nuevamente tenemos que lamentar que peligren las actividades culturales de nuestra biblioteca. Los presupuestos asignados llegan a cubrir la próxima sesión de diciembre y aún no se sabe nada de los planes para el próximo año.
Terminamos uno y empezamos con otro.
Lo primero, lecciones de geografía.
Los protas, Flora Tristán y Paul Gauguin.
Sobre Flora, en la Wikipedia y en un texto de Vargas Llosa.
Los precursores del socialismo moderno.
Los cuadros.
Teha´amana
Manao tupapau
Retrato del príncipe Atiti
Pape moe con la foto original de Charles Spitz.
Thérèse Raquin. Émile Zola.

Le hemos asignado a este libro la puntuación de 8,5. Muy buena nota para un muy buen escritor y para un libro que nos dio tema de discusión en abundancia.
A continuación dejo el folleto elaborado por Mabel y después algunos enlaces a material complementario.
El naturalismo es una derivación del realismo motivada por el positivismo científico (la diosa razón) propio de la época. El naturalismo pretende dotar al realismo de mayor valor científico, analizando la conducta humana y social mediante las leyes de la herencia, el influjo del medio ambiente y el método experimental. La buscada objetividad absoluta del naturalismo hace que la narración no rehuya los aspectos y fenómenos más sórdidos y crudos de la realidad (miseria, alcoholismo, prostitución, enfermedades...), e intente explicarlos a través de los métodos científicos.
Émile Zola (1840-1902) es el iniciador de esta corriente. Siguiendo el ejemplo de Balzac, escribió una serie de veinte novelas, Los Rougon-Macquart, centrada en las distintas ramas de una familia. En ella los personajes están determinados por su herencia biológica, por el ambiente social y por el momento histórico, sin que el individuo pueda hacer nada contra las condiciones que lo determinan.
Sus novelas suelen centrarse en un aspecto concreto. Así, La taberna tiene como tema el desastroso efecto que ejerce el alcohol en las clases trabajadoras; Naná trata sobre la prostitución como vía de escape de las mujeres más desfavorecidas, y Germinal desarrolla las luchas y protestas sociales de la emergente clase proletaria.
En el caso de Thérèse Raquin el autor pretende estudiar temperamentos. Los personajes están sometidos a la soberanía de los nervios y de la sangre a los que las fatalidades de la carne conducen a rastras a cada uno de los trances de su existencia. El asesinato que cometen es una consecuencia de su adulterio, consecuencia en la que consienten de igual forma que los lobos consienten en asesinar corderos.
Zolá pretende estudiar la realidad desde su aspecto fisiológico, cómo si hiciera una autopsia pero en seres vivos. Busca la bestia que reside en un hombre vigoroso y una mujer insatisfecha.
Zola fue muy vilipendiado por la crítica de su tiempo al considerar la novela pornográfica. El autor se defiende diciendo que los pintore