Saber perder. David Trueba. 2008.
La narración empieza bien, la idea es buena: se nos cuentan las historias de tres generaciones de una familia, sus problemas, sus sentimientos y cómo son las relaciones entre ellos. Pero luego, el relato no hace más que dar vueltas sobre lo mismo (los partidos, las visitas a Osembe, las citas de Ariel y Sylvia), parece como si se quisieran llenar páginas y no se supiera muy bien cómo seguir.
Leandro, el abuelo, me ha parecido el mejor personaje. Nos llega muy bien su miedo a envejecer, a quedarse solo, lo inútil que se siente ante la enfermedad de su esposa.
El peor, Sylvia, la nieta. Me parece que ha pintado unos dieciséis años demasiado pasados de vueltas.
También me han aburrido mucho las páginas dedicadas al mundillo futbolístico de Ariel, tal vez porque no soy aficionada.
El libro promete más de lo que da pero no quiere decir que no me haya gustado. Le sobran páginas, eso si. Sería un buen guión para una película.
Manoli
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