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NAGUIB MAHFUZ: EL CALLEJÓN DE LOS MILAGROS (1947)

NAGUIB MAHFUZ: EL CALLEJÓN DE LOS MILAGROS (1947)

“Los derechos humanos son conciliables con el Islam”


El Premio Nobel de Literatura sólo ha sido concedido una vez a un escritor de lengua árabe: Mahfuz lo consiguió en 1988. Éste reconocimiento le fue otorgado por “haber elaborado un arte novelístico árabe de validez universal”. Precisamente por sus novelas (aunque también era poeta, cuentista, periodista y guionista de cine) es reconocido a nivel mundial. En la Literatura Árabe la novela no es un género que se haya desarrollado mucho (la Poesía, la Oratoria y el Cuento, en cambio, sí) y este egipcio, recogiendo el aprendizaje de la novela occidental del siglo XIX e influyéndose de la tradición árabe, le dio forma y la desarrolló.
Con una vida larga y prolífica (1911-2006), Naguib Mahfuz nació en El Cairo, en uno de los barrios antiguos como éste donde se ubica el callejón de Midaq. Enamorado de su país, nunca quiso salir de él (sólo lo hizo en dos ocasiones para visitar Yugoslavia y Yemen) y lo retrató a través de sus personajes y de los ambientes de sus obras, no sólo de la época contemporánea en la que vivió sino que también tiene obras ambientadas en el Egipto Faraónico.
Persona muy comprometida social y políticamente, a pesar de ser un personaje muy reconocido en su país, en sus últimos años de vida se vio acosado por la fiebre extremista islámica y fue tachado de “hereje” por  presentar de modo irreverente a Moisés, Jesús y Mahoma en Hijos de nuestro barrio (1959), un obra que le valió el reconocimiento mundial, se publicó por entregas en su país, pero luego fue prohibida (aún hoy, aunque según él se vendía en todos los kioscos). A finales de los años 80, el líder islamista radical Omar Abdel  Rahman (en prisión por el atentado a las Torres Gemelas de 1993) lanzó una fatua (condena a muerte) por este libro. En 1979 apoyó el tratado de paz entre Egipto e Israel y fue incluido por eso en la lista de negra de varios países árabes y fue víctima de varios atentados, lo que le llevó a recluirse en su casa, con protección de la policía. Aunque intentó mantener una vida literaria activa e iba todas las mañanas al Café Alí Babá a leer la prensa local antes de entregar su columna en el periódico  Al-Ahram Weekly. En una de estas salidas en 1994 dos personas intentaron asesinarle y le asestaron varias cuchilladas en el cuello (fueron apresados y ajusticiados en la horca). A consecuencia de ello, su salud se vio seriamente afectada: daños en la vista y el oído y parálisis en el brazo derecho, le impidieron seguir escribiendo. Tras varios años de rehabilitación consiguió escribir relatos muy cortos.
Era una persona de pensamiento moderado, tanto político como religioso. Pensaba que los estados debían ser laicos  y que la convivencia entre culturas era posible y que se podía conseguir a través del diálogo. Siempre defendió que el Islam y la democracia eran compatibles. Era partidario de la coexisten pacífica de los estados palestino e israelí. Defendía la libertad de expresión y la de creencias religiosas: para él cualquier religión era “amor a la gente y a la vida y una relación íntima entre persona y Dios”, por eso le preocupaban por igual los  llamamientos de Bush a la cruzada y de Bin Laden a la yihad.
Con respecto a su país, de muy joven la historia le hizo que tuviera ideas nacionalistas. En los años de la II Guerra Mundial (en los que se desarrolla la trama de esta novela), con los británicos usando Egipto como base para sus operaciones en África, se afilió al Warf, partido nacionalista de ideas antibritánicas, que defendía el fin del colonialismo encubierto. Tras el fin de la guerra, Egipto reclama a los ingleses el control del Canal de Suez y de Sudán. Pero en 1952, Nasser organiza una revuelta armada y se alza con el poder, derrocando la monarquía e instaurando una república. Naguib al principio estuvo a la expectativa pero sobre 1959 también se muestra crítico con este régimen, por su servilismo hacia la URSS y por intentar instaurar un régimen policial. Prefería que se dejara de luchar contra otros países y que los políticos se dedicaran a solucionar los problemas internos y se acabara con la dictadura.
Nació en 1911 en El Cairo, siendo el menor de los siete hijos de un funcionario público. Su familia era modesta porque el puesto de su padre era bajo en la escala del funcionariado, pero le permitió tener una buena educación formal que le llevó hasta la Universidad de El Cairo, donde estudió Filosofía. Su interés por la escritura y las letras le llega muy joven (ya en el Bachillerato se dedicó al estudio de la literatura medieval y arábiga). Cuando está estudiando en la universidad empieza a escribir artículos en revistas especializadas y a perfeccionar su inglés. Pero no será hasta que termine sus estudios cuando empiece con la ficción, aunque en principio serán cuentos y relatos cortos; no escribirá su primera novela hasta 1939, comenzando con una serie de novelas históricas sobre Egipto.
Su dedicación a la literatura fue diaria, pero para ella dedicaba las tardes: por las mañanas fue un funcionario público (en diferentes organismos: administrativo en la Universidad de El Cairo, secretario del Parlamento, director del Instituto de Préstamos Legales, director del Departamento de Censura, presidente de la Empresa de Fomento Cinematográfico y consejero especial del ministro de Orientación Nacional), simultaneando esta actividad con la colaboración periodística. Pero era muy metódico y todas las tardes dedicaba unas horas a escribir (sus amigos decían que nos les hacía falta reloj para saber la hora, sólo saber qué estaba haciendo Mahfuz en ese momento).
Sus primeras novelas son históricas de la época faraónica (pretendía escribir 40): La batalla de Tebas (1943).
A partir de 1944, la realidad del Egipto inmerso en la guerra con la ocupación inglesa le hace empezar pasarse a la novela realista de temas sociales en ambientes cariotas: los protagonistas son la ciudad y sus habitantes. La primera de la serie es Jan al-Jalili (1945) y El callejón de los milagros (1947) será la que le dará fama, que se consolidará con su Trilogía de El Cairo (Entre dos palacios, La azucarera y Palacio del deseo) (1956-57), donde cuenta la historia de una familia desde principios de siglo XX hasta los años ’40 y expandirá su nombre por todos los países de lengua árabe. En estas novelas hace un retrato muy descriptivo de todas las clases sociales, alcanzando progresivamente un acercamiento a la novela psicológica. Su técnica se acerca a la del Naturalismo y el Realismo y, por eso, algunos críticos han dicho de él que es al Cairo lo que Balzac a París. Pero mantiene una conexión con la tradición narrativa árabe porque no deja entrever su opinión personal sobre lo narrado, sino que es el lector el que elabora su propia interpretación y juicio.
Durante este período también comenzó a escribir guiones de cine (en Egipto también es muy conocido por este motivo). A esta etapa también pertenece Hijos de nuestro barrio (1959), aunque ya preconiza lo que será la siguiente. Es una novela sobre la historia de las religiones: son cinco personajes que habían sucesivamente un mismo barrio, Adán, Moisés, Jesucristo, Mahoma y Newton (encarna al pensamiento científico). Las versiones de las historias de los personajes anteriores van consolidándose y convirtiéndose en mitos para los siguientes. Por esta obra comenzó a vivir bajo la amenaza de los extremistas religiosos.
De 1961 a 1967 se ve en sus obras una repercusión de los acontecimientos políticos del país, su crítica a Nasser y los revolucionarios que derrocaron la monarquía: El ladrón y los perros (1961) y Miramar (1967), donde experimenta con el monólogo interior.
La derrota de los árabes ante Israel de 1967 y el ambiente de pesimismo que se vivía en los países árabes le lleva a experimentar con el absurdo y el surrealismo: La taberna del gato negro. Empezó a construir novelas basadas en el diálogo.
A partir de 1972 su obra se volvió más heterogénea, usando todos los recursos a su alcance y experimentando con técnicas no usadas por él hasta entonces, como la variación de los puntos de vista y los subtextos inspirados en la narrativa árabe tradicional.
En 1988 le fue concedido el Premio Nobel y eso hizo que su obra se abriese a Occidente (aunque ya era conocido aquí), lo que pasa que se publicó su obra de forma desordenada y en distintas versiones.
En su país también le fueron condenados varios premios, siendo los más importantes el Premio Nacional de las Letras Egipcias y el Collar de la República.
En nuestro país fue candidato al Príncipe de Asturias en 2000 y da su nombre a un premio de traducción organizado por el Instituto Cervantes.

Fue un escritor muy prolífico que publicaba casi una novela por año. Las características principales de sus obras son las siguientes:
• Temática centrada en el hombre y en su lucha diaria contra el destino y las convenciones sociales
• Lenguaje sencillo y muy descriptivo
• Representación de tipos humanos

Casado y con dos hijas, en 2006 se cayó y se golpeó la cabeza. Con 94 años y con la salud muy mermada por el ataque terrorista sufrido, el traumatismo tuvo que ser operado y luego se le complicó con afecciones pulmonares y renales. Tras mes y medio en el hospital falleció.

Zaida

2 comentarios

Manolo -

Hola estimados/as compañeros/as ( si me permitís, de ahora en adelante al referirme a los miembros del grupo lo haré en términos “femeninos”, pero que abarcarán a las personas de ambos sexos, que formáis el grupo de lectura. . Es por ahorrarme tinta, nada mas).
Bien, sigamos, me es muy grato volver a dirigirme a vosotras, por medio de estas páginas y a través de Internet (maravillas de la ciencia), para expresaros mi deseo , una vez superados los problemas personales por los que he pasado, de volver a escuchar vuestras voces e ideas.
Estoy seguro de que esta circunstancia fortalecería un poco mas mi quebrantado espíritu y, por tanto, sería de gran ayuda para superar los malos momentos que, a veces, nos depara la vida. Imagino que ya habréis imaginado quien soy, hola de nuevo.
Me hubiera gustado hablaros sobre el libro . Espero , a no mucho tardar, poder volver a hacerlo. Mas bien, me tomo la licencia de utilizar este maravilloso blog para exponeros lo acaecido hace pocos días en mi persona, y que quiero comentaros al pensar, creo, que también os concierne en cierta medida ( vosotras decidiréis hasta cuanto).
Y quiero hacer constar que lo que voy a contaros es mi punto de vista, es solo mi opinión personal, de cómo sucedieron los hechos y como pudieron haber sucedido o, aun , podrían suceder ( porque en esta vida ,si se quiere ,hay remedio para todo).
Bueno compañeras, empiezo a contaros. El día 23 de enero me dirigí a la blibio para hablar con Manolo y expresarle mi deseo de volver a participar en las tertulias. Después de los formalismos de rigor, el me expreso que le complacía mucho que volviera. Pero claro, en esta cita y faltando solo cinco días para la reunión , por motivos obvios, no iba a poder acudir. Para la siguiente quedamos en que él hablaría con Zaida para que trajera otro libro para mi, y si no podía ser (debido al poco tiempo) comentamos que cualquiera de las compañeras que se prestase podría, una vez leido, dejarme su libro para que yo pudiera leerlo. Él mismo se refirió que posiblemente - Inma , que es una lectora muy rapida, no le importaría dejármelo-, llegado el caso. Dicho esto, me invito a que me pasara el día 29 de enero, para recoger el libro o bien para decirme cuando podría pasar a recogerlo .
Ahora llegamos al día 29 , el cual por la tarde me persone en la biblio. No se si habéis leído el libro de Kafka- el Proceso-. Si lo habéis leído entenderéis aun mejor cual fue mi reacción y estupor a lo que aconteció a continuación. Manolo me dijo que le había comentado el tema a Zaida ,y que en estos momentos no era posible mi reingreso en el grupo, por lo que debería hacer cola y esperar. Le pregunte que si esa era la decisión del grupo, a lo que me contesto que no lo había comentado con nadie, solo con Zaida.
Bien, pues yo en aquellos momentos , un tanto confusos, le propuse que fuerais las componentes del grupo las que tomarais la decisión, mediante voto secreto, para establecer cuantas personas ( número máximo de miembros) debería participar en las reuniones, buscando las formas, medios y remedios para concensuar un acuerdo mas o menos estable ( como el hecho, por ejemplo, de compartir dos personas un mismo libro o, no se, de buscar otras formulas). El acceso a la cultura no debería ser tomado como algo baladí..
Pues bien, mi sorpresa ( la segunda, porque la primera la tuve al ver como una personaren solo cinco días, cambiaba radicalmente de parecer , y lo que antes le parecía algo completamente “ hecho “ ahora se le antojaba absolutamente imposible. Un tanto extraño, no?)fue cuando me contesto , cito palabras textuales ,“ que los miembros del club, en estos asuntos, no tienen ni VOZ ni VOTO”.Dios mió! me quede de piedra . Me dijo que esas decisiones las tomaba exclusivamente él. A lo que yo le conteste que si no le parecía una actitud un tanto dictatorial, que Franco había muerto hacia ya mucho tiempo . También le dije que si conocía el significado de la palabra DEMOCRACIA. Y le pedí que me diera los estatutos de los Clubes de Lectura donde existiera tal barbaridad . Me dijo que no existía ningún tipo de estatuto. Entonces aun mas me reafirme en expresarle , y hacerle entender, que son los miembros que componen una comunidad los que deben decidir, con su voz y con su voto, como desean que sea el ámbito en el que van a vivir (en parte) su vida. Esa es la grandeza de la democracia. Nunca el exceso de autoridad ha hecho a las personas mas libres. Afortunadamente llevamos bastantes años en democracia, para saber sin genero de dudas que esta opción política ( la democracia ) es mucho mejor para los miembros de una comunidad que la opción política del autoritarismo. Desde luego no estoy a favor de la anarquía. Entiendo perfectamente que deben existir una seria de normas para un mejor desarrollo de la convivencia. Pero, también entiendo que eso es mucho mas fácil y llevadero si esas normas las rubrica la mayoría de la comunidad con su voz y voto. Las normas, si son impuestas por una sola persona, la historia nos ha demostrado que nunca llegan a buen fin.
Solamente, compañeras, deciros que la libertad es un bien muy preciado ( en todas las facetas de la vida). Que nada ni nadie os niegue el derecho a elegir libremente lo que la mayoría decidáis, sea tal o cual cosa.
Bueno ya solo deciros que si no me concedéis, por ahora,(porque a si lo halláis decidido democráticamente) el deseo de participar en vuestras tertulias, al menos os pido que me concedáis el deseo a poder ir a escucharos, aunque sea sin voz ni voto. Porque siempre es un placer escucharos. Disculpadme por ocupar vuestro espacio.
P.D: Me complacería mucho , que Manolo ( al cual, quede claro, no le tengo ningún tipo de rencor ni animadversión ) utilizara este medio, al igual que yo he hecho, para expresar y exponer libremente sus opiniones, su punto de vista y diera sus argumentos. Para que con ello tuvierais los dos puntos de vista y de este modo , estoy seguro, os resultara mucho mas fácil tomar las decisiones que la mayoría creáis oportunas . En democracia , con el dialogo entre todas , se llega mas lejos y mejor. Tampoco olvidéis que la biblioteca es propiedad de los ciudadanos, no al revés. Nos vemos

Manoli -

Como en algunos otros casos, lo que más me ha gustado de este libro ha sido comentarlo con vosotros. A mí, en general, me pareció aburrido, bien pensado, bien escrito pero demasiado lento, me costó leerlo. Como siempre, vuestros comentarios me han hecho ver perspectivas que no había observado y que enriquecen el texto.