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Historias de mañana

Historias de mañana

(Relato escrito por Darío, el hijo de Inma, y que ha sido premiado en su instituto. Tiene 14 años y estudia 2º de ESO.)

Me parece fascinante el poder de nuestra imaginación para llevarnos a lugares mágicos y misteriosos, que en un descuido se hacen tan reales como la vida misma, sin dejarnos con capacidad de distinguir entre lo real y lo irreal, creándonos una bella aunque momentánea fantasía que nos conduce hasta los confines del universo, pero que al final, cuando dejamos ese precioso e increíble mundo, sólo nos quedan los recuerdos de esos deliciosos momentos.

Siempre me ha gustado imaginar que viajo a un mundo de fantasía donde todo es posible, un lugar donde todos podemos ejercer magia, con criaturas asombrosas en él, un lugar al que escapar cuando la realidad no alcanza tus expectativas, en él me siento fuerte y seguro, como si nada pudiera pararme, por lo que es el lugar perfecto para mí, un chico algo tímido, pero fuerte, decidido y fiel a sus ideales. ¿Os gustaría acompañarme? Venid…

¡Ah! Como os dije, este bello mundo rebosa de vitalidad y belleza. Pero no siempre es así; como en nuestro mundo, aquí las guerras afloran, destruyéndolo todo a su paso. En este mundo, como en el nuestro, ya no  escuchan a la naturaleza, y han olvidado que como todo, la vida es algo que ella nos da, pero que algún día hay que devolver.

Aunque volviendo al tema, me apasiona la magia, eso es lo que hace de este universo un lugar perfecto. En él no hay que tener coches o cocinas, todo se arregla con la magia, pero es un arte difícil de dominar por lo que mucha gente empezó a dejarla en desuso, hasta el punto en el que se convirtió en un arte obsoleto que sólo algunos sabios dominaban.

Si lo pensamos, en cierto modo es como en nuestra sociedad, en ella lo teníamos todo, pero una vez lo echamos a perder por nuestro egoísmo, llevándonos a acabar con zonas preciosas que ya jamás volverán a albergar vida, algunas de ellas destruidas por simple capricho, y al igual que pasó con La Tierra, nuestro planeta está a punto de destruirse, y me parece muy triste, que tras tantos años, hayamos vuelto a caer en el mismo error, pero esta vez no tenemos un lugar alternativo en el que vivir, aún así la avaricia de los humanos no tiene fin, y no les ha bastado con echar a los habitantes de lo que en su momento fue un lugar perfecto para albergar vida.

Aunque me guste imaginarme cosas por entretenimiento, esta vez me parece que lo he hecho subliminalmente para huir de este mundo maldito dominado por la codicia. Si yo tuviera el poder para cambiar el mundo, nada de esto pasaría, algo así como… ¡Ya sé, como en mi bello universo imaginario! En el caso de que en mi mundo pudiera hacer magia, estoy seguro de que impediría que la situación siguiera así, ya lo creo, un lugar en el que la tiranía no tuviera cabida, y todos pudiéramos intentar hacer lo correcto. Está decidido, estaré día y noche intentando cambiar el destino que se cierne sobre lo que queda de mi mundo.

Tras años de investigación y trabajo, hallé en una lejana galaxia un lugar donde era posible la vida, ese fue mi único avance, como suponía, Nueva Tierra cayó. Los ricos pudieron sobrevivir en sus naves, pero por su culpa millones de personas inocentes lo pagaron, ahora están condenados a un destino fatal en Nueva Tierra y lo único que pueden hacer es esperar a que los pocos recursos que quedan se agoten.

En estos momentos en los que me dispongo a explorar ese lejano lugar con mi familia, recuerdo esos felices días en los que jugaba en mi bello planeta, rebosante de vida y actividad, donde mi infantil inocencia me protegía de todas aquellas amargas noticias que nos llegaban sin descanso, cuando me gustaba imaginar aquel entorno de ensueño que tomaba mi mente y me transportaba a un universo paralelo controlado por mí, y que al contrario que en el nuestro, sus habitantes se dieron cuenta del daño que le estaban haciendo a su hogar…

-Hijo, ¡Hijo! ¡Despierta! - ¿Qué pasa mamá? ¿Dónde estamos? –Venga déjate de tonterías que llegas tarde a clase. Momentos después, en clase… -¡Profesor, profesor he tenido un sueño horrible, soñaba que nuestro planeta moría y todo en el acababa, por favor dígame que eso nunca ocurrirá! –Hijo, por supuesto que no, nuestra especie sabrá qué hacer si eso ocurriera, jamás seremos tan tontos como para destruir nuestra casa.

Ojalá sus palabras hubieran sido ciertas. Tal y como soñé de niño, Nueva Tierra cayó, pero esta vez me preparé para eso. Desde el día en el que tuve aquel desgarrador sueño no me he dejado de preocupar por el futuro de nuestro planeta, y así, a pesar de mis numerosas cartas al gobierno, no me han hecho caso y ahora ellos son los que se quedarán a presenciar la caída de lo que fue mi  querido planeta. Sólo queda de él su bello recuerdo, alegre y activo, con innumerables niños ingenuos, que fueron los últimos en disfrutar aquel antiguo paraíso terrenal. Ahora, haciendo memoria, recuerdo cuando los hombres talaban ingentes cantidades de árboles, o cuando acababan con especias enteras de animales, con el pretexto de estar practicando deporte. Que inconscientes fuimos, sin darnos cuenta, estábamos cavando lenta pero tenazmente nuestra tumba. Y lo que más duele es que muchos de nosotros no pudimos hacer nada para evitar esa situación, una vez que el planeta estaba demasiado explotado como para dar marcha atrás.
 
Por suerte, esto no es más que una simple historia inventada, pero puede que algún día deje de serlo por la estupidez humana, y sus ansias de poder. Aquí al contrario que en la historia aún estamos a tiempo de cambiar nuestro futuro, así que concienciaos, aún es “si yo pudiera” en nuestro tiempo aún es posible. ¡No hay que desaprovechar esta oportunidad! ¡Hay que evitar a toda costa que lo único que al final podamos decir sea: si yo pudiera…!
 
Fin.
 
 
Pensad que esta historia podría llegar a ser la nuestra.

2 comentarios

Mabel -

Felicidades guapo,tienes mucho futuro en la literatura.Sigue así de imaginativo y te comerás el mundo.Un besito

Zaida -

¡Qué artistazo, Darío! ¡Fantástico tu relato! Me gusta especialmente lo de un chico que vive en otra Tierra paralela a la que le pasa lo mismo que a ésta y que sueña con que esta destrucción, que nosotros mismos hacemos, se pueda parar.
¡Bravo! Espero seguir leyendo tus historias.