La piedra lunar. Wilkie Collins
Le hemos otorgado a este libro la siguiente puntuación:
5 | 5 | 8,5 | 7 | 5 | 8 | 5 | 9 | 6,5 | Nota: 6,5 |
Este libro ya se reseñó anteriormente en este blog. (Ver)
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5 | 5 | 8,5 | 7 | 5 | 8 | 5 | 9 | 6,5 | Nota: 6,5 |
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1 comentario
José Luis Casado -
Calificación = 5
No me gustan las novelas de detectives sabihondos, estilo Hercules Poirot, George Simenon o Sherlock Holmes de las cuales forma parte La Piedra Angular.
Una trama policíaca, artificiosa y llena de trucos, con casualidades increíbles sirve de hilo conductor para una historia con personajes de caracteres muy simples, sin ninguna complejidad.
El método con que se resuelven los enigmas, son caso extremo de inteligencia: a partir de una pista mínima, se llega a conclusiones a través de un razonamiento deductivo de lo más peregrino.
Nunca me he sentido intrigado por quién es el asesino o, en el caso de La Piedra Angular, por quién robó la joya.
En La Piedra Angular me parecen particularmente ridículo:
El suicidio de Rosanna
Cómo Ezra Jenning deduce que Franklin Blake robó la joya por estar sonámbulo.
La reproducción del robo repitiendo los hechos de la noche de autos.
Explicar muy prolíjicamente al final la solución al enigma de la novela. Como en las de Agata Christie. Esto que el lector y, en el caso del cine, el espectador, puede agradecer, es un recurso muy pobre. El autor debe ir dejando progresivamente en la historia indicios suficientes para que sea el lector el que vaya descubriendo el misterio y atando los cabos sueltos, de forma que al final no haya que explicar nada; un beso y el The End. A mí me gusta más y me parece más elegante, aunque muchas veces haya tenido que rebobinar en la historia para acabar de comprender algún extremo.
Está muy bien escrita. El esquema de narraciones encadenadas de los distintos testigos es muy original.
De todas formas, son muchas páginas de libro para esta historia.
Con respecto al estilo, me pone nervioso el recurso con el que autor trata de establecer cercanía con el lector. La familiaridad del mayordomo Gabriel Betteredge dirigiendo guiños al lector:
a estas alturas de la historia el lector habrá apreciado , sienta fatal, como cuando el camarero te tutea a las primeras de cambio
hubo una circunstancia que ocurrió en aquellos días pero que el lector deberá esperar varios capítulos para conocerla . Parece el locutor cuando anuncia unos mensajes publicitarios y en 5 minutos volvemos.