EL DESORDEN QUE DEJÉ de Carlos Montero.
He terminado de leer “El desorden que dejaste” de Carlos Montero. Ha caído en mis manos por casualidad y no tenía referencias previas ni del libro ni del autor.
Por clasificarla, es una novela policíaca o negra o un thriller, que se dice ahora. Es de lectura adictiva, cuesta dejarla cuando ya has metido la cabeza en la trama. Los que estéis relacionados con la enseñanza, sobre todo si es en la fase de instituto, os resultarán conocidos muchas de las peripecias del relato y os sentiréis identificados con los enseñantes; confío en que esa identificación no llegue a los aspectos sentimentales y familiares.
A posteriori he leído en la biografía de Carlos Morales que es guionista de cine. Se nota un montón en la estructura de la novela, en su agilidad y en la cantidad de diálogos que tiene. No me extrañaría verla transformada en película o en serie de televisión.
Le encuentro dos debilidades. Una, que me parece rocambolesco el método que utilizan para hacer que la protagonista entre a investigar el suicidio de su predecesora en el instituto, “y hasta aquí puedo leer” y un segundo punto débil es eso de explicar muy prolíjicamente al final la solución al enigma de la novela. Como en las novelas de Agata Christie. Esto que el lector y, en el caso del cine, el espectador, puede agradecerlo, es un recurso muy pobre. El autor debe ir dejando progresivamente en la historia indicios suficientes para que sea el lector el que vaya descubriendo el misterio y atando los cabos sueltos, de forma que al final no haya que explicar nada, un beso y el The End. A mí me gusta más y me parece más elegante, aunque muchas veces haya tenido que rebobinar en la historia para acabar de comprender algún extremo.
Ha ocurrido más de una vez, sobre todo en el cine, que la historia no queda suficientemente explicada en todos sus extremos. Hay directores que quitan relevancia a este hecho, argumentando que lo de menos son esos detalles, que lo importante es si la historia te ha enganchado, si está bien filmada y actuada y que qué más da si hay algún agujero de guión.
Hay una película emblemática en este aspecto que comento de no dejar todo aclarado. “Tener y no tener” de Howard Hawks. La película es muy buena por los actores, por la trama, por el suspense, pero no conozco un solo crítico que haya sabido aclarar algunos embrollos del guion. Lo que suele ocurrir en estos casos es que le director, una vez terminada de rodar la película, la delega totalmente en le montador que puede cometer errores y a veces una carnicería. Hay cineastas que dicen que desde el montaje puede alterar el significado de una película.
Bueno, que yo no quería contar esto. Que “El desorden que dejaste” no tiene ningún problema de comprensión, que quizás se pasa explicando el resultado, pero que es de lectura recomendable para estar entretendo tres tardes de ferroagosto.
José Luis Casado
Junio 2017