Rapsodia gourmet. Muriel Barbery.
Este es el nuevo-antiguo libro de la autora de "La elegancia del erizo". Se distribuye como novedad pero en realidad se publicó con anterioridad, incluso se editó en español en 2008 con el nombre de "Una golosina". Todo un poco confuso, supongo que cuestiones de publicidad.
Cuando se editó en Francia (2000) recibió el premio Meilleur Livre de Littérature Gourmande, o lo que es lo mismo, el mejor libro de literatura gastronómica. Esto no quiere decir que el libro sea de recetas pero si es verdad que habla mucho de comida, de los sentimientos que despiertan una serie de platos en un afamado crítico gastronómico, Pierre Arthens, que sabe que le quedan un par de días de vida y busca en sus recuerdos un sabor perdido que le causó una profunda impresión.
Se alternan capítulos en los que el crítico rememora su vida y otros en los que lo conocemos a través de otras personas. En todos ellos queda claro que el señor es una persona indeseable cuanto menos, con una familia a la que ha marcado con su desprecio. Admirado pero sin amigos. Pero no le importa.
Es un libro sensual porque hace descripciones muy apasionadas sobre los placeres que producen los platos que Arthens nos va describiendo.
"...La resistencia de la piel tersa, sólo un poco, lo justo nada más, la blandura de los tejidos, la suavidad de ese néctar, con sus pepitas, que resbala por la comisura de los labios y uno se limpia sin temor de mancharse los dedos, esa bolita carnosa que vierte en nosotros torrentes de naturaleza: eso es el tomate, toda una aventura."
Esta novela tiene críticas buenísimas y la compré con mucha ilusión pero me ha pasado con ella lo que con otros libros cortos, que me falta historia, que se me quedan los personajes cojos, que me gustaría saber más de esa esposa abandonada, de esa amante descuidada o de esos hijos sin amor.
De Wikipedia sacamos que "la rapsodia es una pieza musical característica del romanticismo compuesta por diferentes partes temáticas unidas libremente y sin relación alguna entre ellas... Su nombre proviene de rapsoda, que era aquel que en la Antigua Grecia cantaba los poemas de Homero". Efectivamente se trata de una novela compuesta por retazos, bien recompuestos, eso sí, zurcidos en torno a la habitación de un moribundo en un edificio de la Rue Grenelle que los lectores de "La elegancia..." reconocerán.
Manoli
1 comentario
Mercedes -
Admiro la forma de escribir de Muriel, sus descripciones de las sensaciones que le producen algunos alimentos, son descripciones casi poéticas, se puede decir que es lírica en prosa. Da la impresión de ser una persona no sólo observadora sino también hedonista, transmite al lector el placer sobre los aromas, sabores, sensaciones utiliza calificativos que a veces parecen que no son propios de la comida pero que hacen que olvides que estás leyendo, parece más bien que estás degustando esos manjares, que, por otra parte, son tan sencillos como las sardinas asadas.
Creo que lo que escribe es bastante cercano, ¿quién no ha sentido alguna vez lo que dice acerca de ?
Las mañanas de domingo cuando, atontados pero felices por ese día de asueto que empieza, nos ponemos un viejo jersey cómodo y bajamos a preparar el café ( ) Uno se siente deliciosamente medio dormido todavía, disfruta aún unos instantes, en silencio, de no estar sometido a la ley del trabajo, se frota los ojos con aprecio por sí mismo y, cuando ya se eleva el olor palpable del café caliente, se sienta al fin ante su tazón humeante, ( ) y, entornando los párpados, reconoce en silencio el sabor agridulce de la felicidad.
Alterna capítulos en los que es Pierre Arthens el que habla, con otros en los que son los familiares, amigos o incluso sus animales domésticos, los que nos hacen un retrato de él, aunque no siempre halagüeño. Es curioso leer que sólo su gato y su esposa (¿?) tienen alabanzas para él, el resto, y sobre todo sus hijos, nos dibujan una personalidad monstruosa que contrasta con la imagen que se transmite al leer sobre los placeres gastronómicos que él mismo describe.
Insisto en que lo que más me gusta, independientemente de la historia, es el estilo de su autora, la elegancia que derrocha en su escritura, la riqueza de vocabulario sin caer en la pedantería y todo ello sin dejar de ser cercana.