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La balada del abuelo Palancas de Félix Grande, editado por Galaxia Gutenberg.

La balada del abuelo Palancas de Félix Grande, editado por Galaxia Gutenberg.

    Pura poesía en prosa, para los que les gusta regodearse con el lenguaje. Cuenta la vida de tres generaciones en Tomelloso con el trasfondo de la historia del último siglo de España.
    El personaje principal es el abuelo Palancas. De él me gusta la seguridad en la que vive de lo que está bien y lo que no lo está. Me gusta su mezcla de rudeza extrema, capaz de mover una rueda de molino y su ternura infinita que se embelesa mirando una cuna o escribiendo un poema a su mujer, la Anselma.
    Los problemas con los que te encuentras en el libro son reales: la guerra (la fiesta de Caín), el hambre, la enfermedad, la muerte. Y conviviendo con ellos una exaltación continua de la vida. Todo es simple y profundo, cada pequeña cosa proporciona felicidad, un vaso de vino. el tabaco compartido, una naranja, el olor del aire, la poesía, el trabajo bien hecho.   El abuelo tiene una reflexión profunda, una idea personal de todas las cosas, con la sabiduría del que ha vivido con los ojos abiertos, con el corazón comprometido con las personas, con la tierra, con el honor.
    Especial atención a la relación con sus hijos y nietos; poseedor indiscutible del saber, lo transmite a sus descendientes sin dudar ¿no es envidiable? Es consciente y responsable de su papel de educador y transmisor de conocimientos, de unos conocimientos perdurables, que no se quedan obsoletos en poco tiempo como en nuestro mundo.
  " Renunció a ser jornalero en el año 1910, a los tres meses del nacimiento de su hijo primogénito y con una inefable intuición de cómo debe relacionarse con su hijo para enseñarle desde la misma cuna el arte de no ser  desgraciado". El arte de no ser desgraciado ¿no es una precisa y preciosa definición de educación? ¿Sé yo algo de ese arte? ¿sabré enseñárselo a mis hijos y a mis alumnos?
   Como os habréis dado cuenta, a mí me ha gustado mucho, pero es posible que yo no sea de fiar. Si os queréis arriesgar.

 Montse

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