Me llamo rojo. Orhan Pamuk. 1998.
Estambul, siglo XVI. Un iluminador de libros aparece asesinado. En el momento de su muerte estaba trabajando en un libro encargado en secreto por el sultán. El proyecto, que resulta no ser tan secreto, desata grandes iras entre los fundamentalistas religiosos e incluso entre el resto de los iluminadores porque está concebido según las costumbres occidentales y por eso es considerado blasfemo.
Son los propios ilustradores los encargados de encontrar al asesino para evitar así la tortura de todos los miembros de gremio.
La historia la vamos conociendo por boca de todos y cada uno de los implicados que nos van contando lo que conocen y lo que piensan. Hasta las pinturas hablan. Se dirigen al lector como si estuviera presente y nos dicen las cosas como las ven.
Es un libro pesado a veces porque repite mucho los problemas de los ilustradores con su religión a causa de su trabajo.
Tiene de bueno la aproximación a una cultura que nos resulta lejana y que vemos que en muchos aspectos no ha cambiado mucho (el trato a la mujer, la influencia de la religión en todos los aspectos de la vida).
Un libro tal vez demasiado largo para lo que cuenta. Demasiado repetitivo.
Seküre es una mujer magnífica. Atada de pies y manos por las costumbres, se las ingenia para defender su vida y las de sus hijos. Es un personaje muy bien escrito. El mejor.
Manoli
0 comentarios