Un hombre en la oscuridad. Paul Auster. 2008.
Auster nos cuenta las divagaciones de un hombre roto durante una única noche de insomnio. Es un hombre enfermo, triste por la pérdida de su esposa y por los problemas de su familia. Además, también es escritor. Tenemos pues, todos los elementos que ya he visto en otros libros del autor.
Historias dentro de historias que se entrelazan con recuerdos en la mente del anciano.
La primera parte del libro me ha gustado mucho por su estructura, por la agilidad del relato, por la originalidad de la idea. La segunda ya no tanto porque parece anodina, incluso un tanto sensiblera. Parece como si, de repente, se hubiera quedado sin recursos. Auster ha escrito cosas mejores.
Manoli
2 comentarios
Mª Paz -
August Brill es un hombre de 72 años, jubilado y viudo. Como consecuencia de un accidente automovilístico le queda una pierna maltrecha. A su salida del hospital se instala en casa de su hija, situada en Vermont, donde también estará acompañado por su nieta. Ambas son las mujeres de la casa, mujeres sin compañeros: La hija está recién separada y el novio de la nieta ha muerto. Por tanto, ambas han debido aprender a vivir así, con esa soledad forzada o sobrevenida para la que no estaban preparadas. Tras la estancia hospitalaria, el anciano lleva una vida sedentaria: pasa en la cama largas horas de insomnio que calma contándose historias. Inventarse vidas de otros, atribuirles hechos, trazar itinerarios, ponerlos en aprietos son ardides que le permiten matar el tiempo para que el tiempo no lo mate a él, pero esos relatos son también entretenimientos aleccionadores: al ponerse en la piel de otros en circunstancias que él no ha vivido aprende de las reacciones ajenas.
Mercedes -
La facilidad con que parece escribir me recuerda la técnica de la escritura automática inventada por los surrealistas, es como si la pluma se deslizara por el papel uniendo palabras, frases, párrafos hasta completar historia tras historia.
Descubrimos a un Auster amante del cine a través de Katya, la nieta August Brill. Abuelo y nieta, como medio para salir de la depresión, se dedican a ver películas y Katya hace una buena observación:
objetos inanimados como medio de expresar emociones humanas. En eso consiste el lenguaje cinematográfico. Sólo los buenos directores saben cómo hacerlo
También muestra su admiración por la fortaleza y buen hacer de las mujeres:
son las mujeres quienes llevan el mundo. Se ocupan de lo que verdaderamente importa mientras que los desventurados hombres van dando tumbos por ahí haciendo chapuzas
Es uno de los libros que más me ha gustado aunque la crítica lo trata de forma desigual.