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La fortuna de Matilda Turpin. Álvaro Pombo. 2006.

La fortuna de Matilda Turpin. Álvaro Pombo. 2006. No creo que termine este libro, me resulta aburridísimo. Son más de 400 páginas en las que no pasa nada. Se trata de analizar una y otra vez los sentimientos de los personajes. Es verdad que, a veces, dicho análisis me parece realmente certero, pero no compensa el tedio que produce la lectura.
Finalmente, he acabado de leer esta novela y mi opinión no ha cambiado mucho. Los personajes van y vienen en sus peripecias interiores sin llegar aparentemente a ninguna conclusión. Esto es real como la vida misma pero no llega a hacerse lo suficientemente interesante.
El lenguaje resulta a veces difícil, algo pedante. Utiliza palabras que no he encontrado en el diccionario (es académico, tal vez se trate de rescatar voces antiguas) y términos muy poco frecuentes que parecen metidos a la fuerza en el texto.
Tiene muchas referencias filosóficas de alto nivel (o eso creo) que no puedo entender.

Manoli.

1 comentario

Mercedes -

Es cierto que cuesta trabajo terminar de leer este libro, hay que tener paciencia, a veces se hace un poco pesado. Sin embargo, al finalizar la lectura, la sensación que me quedó fue que es un gran relato, bien escrito y bien hilvanado.

El autor en todo momento parece que establece un pulso entre Matilda y el marido, y es ella la que sale ganando (creo que es una constante en la obra de Pombo la exaltación de la condición femenina)

Matilda ha regido la vida de la familia. Mientras vivió, ayudó a sus hijos y a su marido (en parte le debe su triunfo) Ella estudió filosofía, a pesar de venir del campo de la ciencia, le transcribía los textos y le hacía pensar sobre conceptos que más tarde el presentaba como ideas suyas. También le permitió, después de morir, retirarse del trabajo y dedicarse a descansar gracias a la fortuna que ella tenía y que, gracias a sus hábiles negocios, aumentó.
El resto de los personajes principales giran en torno a ella. Emilia no concibe la vida sin Matilda y el marido de Emilia sin Emilia. Una vez más es la mujer la que tira del marido.
Cuando consideró que sus hijos tenían la vida más o menos encaminada comenzó una brillante etapa profesional dedicada a los negocios a gran escala, y triunfó plenamente. Contó con la ayuda de Emilia, que pasó de ayudar en casa a ser su más que eficiente secretaria.
Cuando volvía a casa después de sus estancias en el extranjero, la vida de la familia recobraba la sencillez y diversión que faltaban cuando ella estaba de viaje.

Una vez muerta los personajes vuelven a su aburrimiento, se encierran, son incapaces de continuar con sus tareas. El marido y uno de los hijos se quedan en la casa de campo. La nuera parece que quiere reemplazar la figura de la suegra, con total desacierto, haciendo un ridículo atroz. Emilia y su marido se suicidan. Parece que Matilda le daba sentido a sus vidas.
A veces da la impresión de que el autor ha convertido a la protagonista en un fantasma, pero lo que ha conseguido es convertirla en un espectro cuyo recuerdo, memoria e influencia transforma y trastorna a todos los protagonistas encerrados en la casa de campo, revelando en ellos el lado negativo de su personalidad.