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HARUKI MURAKAMI: CRÓNICA DEL PÁJARO QUE DA CUERDA AL MUNDO (1994)

HARUKI MURAKAMI: CRÓNICA DEL PÁJARO QUE DA CUERDA AL MUNDO (1994)

Tusquets  Barcelona 2001


Esta crónica la cuenta el pájaro-que-da-cuerda-al-mundo, Tooru Okada, un japonés de treinta y dos años que ha dejado su trabajo recientemente y que cuida de su casa mientras su mujer Kumiko trabaja. Su existencia discurre pacíficamente, mientras se plantea en lo que le gustaría trabajar, hasta que un día su gato desaparece y por su vida empiezan a desfilar un sinfín de personajes, a cual más enigmático e interesante.
La primera aparece en forma de llamada telefónica: una mujer que no se identifica y que parece saberlo todo sobre él. Luego la jovencita May Kasahara a la que encuentra en el callejón sin salida de detrás de su casa, mientras busca a su gato: convaleciente tras un accidente de moto le expondrá su particular punto de vista sobre la vida. Malta Kanoo y su hermana Creta, extrañas “investigadoras”, que en principio pretenden ayudarlo a encontrar a Noburu Watay, el felino perdido; tan enigmáticas y extrafalarias. Noburu Wataya, el cuñado-político-trepa de Tooru que da nombre al gato, que le odia profundamente. El teniente Tokutaroo Mamiya, a quien el señor Honda (adivino al que iba la pareja por obligación cuando se casaron) hace depositario de su testamento y que le narra su particular experiencia en la Guerra contra China. Y así los personajes siguen desvelándose o no, porque todo está impregnado de una pátina de surrealismo bastante acusado, cada vez más según se va desarrollando la novela. En medio, una misteriosa casa deshabitada y un pozo seco.
Enigmática, intrigante por momentos (aunque no es una novela de intriga), surrealista siempre, con escenas y personajes fantásticos. La peculiar “odisea” de Okada en la búsqueda de su gato y de algo más que no puedo desvelar será un viaje hacia su propia persona.
Mi valoración global es positiva, sobre todo, de los dos primeros tercios del libro. Al final es excesivamente surrealista y desquiciado y bastante más largo de lo que creo que hubiera sido necesario. Pero me ha encantado el universo que construye y la forma en la que retrata a los habitantes de este Tokio de las afueras.
Había leído con anterioridad Tokio Blues y la verdad es que no me había gustado nada. La historia está narrada con bastante frialdad y no conecté con el  protagonista. Pero una joven profesora de instituto con la que coincidí este año en una actividad en la biblioteca me lo recomendó como su libro favorito. En éste he descubierto que este distanciamiento del narrador parece ser una característica de estilo del autor, porque también aparece aquí. Pero, a diferencia de Tokio Blues, uno se siente parte de ese desconcierto que sufre Tooru ante lo que está sucediendo en su vida.
Por otra parte, he disfrutado mucho con los títulos de los capítulos, a veces muy hilarantes: “2. En este capítulo no hay ninguna buena noticia”, “3. Habla Noburu Wataya. La historia de los monos de la isla de mierda”,  “12. Lo que descubrí al afeitarme. Lo que descubrí al despertarme” y muchas más.
 No es una novela de intriga, pero la tiene y, desde luego, no es una novela de risa pero también está llena de ella, aunque el fondo (el pozo) sea bastante desesperanzador.

Zaida

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